Es absolutamente nuevo y verdadero.
Por más que haya imaginado desde antes sentirme tan dichoso con esta situación, no sé
si estoy totalmente preparado para exaltar mis emociones a sus puntos extremos, donde
todo lo discriminado por los sentidos se altera y libera en la sinceridad
de lo obtenido; en la velocidad de lo deseado.
Sin embargo, tu sola presencia ha hecho que mis pasos se redirecciones y encuentren
una vereda suavemente audaz. Ya no importa nada más; alegrarte deseo. Al saber que
existes, se potencian mis habilidades desde lo empíricamente genuino a lo
senilmente perspicaz, automáticamente; es la locura de mi alegría.
senilmente perspicaz, automáticamente; es la locura de mi alegría.
Se llena mi vida de colores al imaginar tus ojos diciendo que me necesitas, al visualizar
tus piernas corriendo a mi encuentro, al contemplar en lo oníricamente cierto tu
hermosa risa creando mi completa felicidad y, por lo tal, tus brazos extendiendo la pasión
de la verdad tangible en la razón de mis razones y en el éxtasis de mi forma
de sentirte: tierna, dócil, sincera y afable.
Me haces fuerte desde ya. Me iluminas con la luz que vienes a hacernos disfrutar. Me conmueves,
me deslizo y se embellecen mis emociones con el tenue y potente latir de tu corazón.
Es la espera más dulce que me ha tocado vivir y que, sin dudas, genera en mí un 'sinfín' de
sonrisas imprecisas e inocentes, locas y tranquilas, capaces de amarte en medio de
la intrigante desesperación de querer tenerte en mis brazos para acariciarte y besar
tu piel pura, simple, frágil; reflejarte todo lo que hay en mi interior
y aprender contigo a caminar por un nuevo sendero que Dios ha
preparado para todos nosotros.
preparado para todos nosotros.
Nadie podrá apagar con sus juicios y caprichos mi fuego de amor que se
prepara y completa para regalarte sólo a ti. Nadie entenderá jamás
mi sentir. Eres mi regalo sin condiciones y sin importar las delicadezas y delirios de
este mundo, eres tú lo que Dios me preparó. P or eso, ven. Te espero, justo aquí;
súbitamente, te anhelo. Ven, para enseñarte todo lo que humildemente tengo, todo
lo que con P apá y de la música he aprendido.
mi sentir. Eres mi regalo sin condiciones y sin importar las delicadezas y delirios de
este mundo, eres tú lo que Dios me preparó. P or eso, ven. Te espero, justo aquí;
súbitamente, te anhelo. Ven, para enseñarte todo lo que humildemente tengo, todo
lo que con P apá y de la música he aprendido.
Sé que tu corazón ya sabe cuá nto te amo y conoces la voz de nuestro amor
hacia a ti. Sabes que vienes a cumplir el propósito del Creador para nuestro tiempo contigo.
Eres mi más grande sueño, concretado en verdad; hecho, al fin, realidad.
Un milagro de vida, Amanda, amándote estoy, sin medida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario