26.3.12

AMANDA!

Es absolutamente nuevo y verdadero.
Por más que haya imaginado desde antes sentirme tan dichoso con esta situación, no sé 
si estoy totalmente preparado para exaltar mis emociones a sus puntos extremos, donde 
todo lo discriminado por los sentidos se altera y libera en la sinceridad 
de lo obtenido; en la velocidad de lo deseado.
Sin embargo, tu sola presencia ha hecho que mis pasos se redirecciones y encuentren 
una vereda suavemente audaz. Ya no importa nada más; alegrarte deseo. Al saber que
existes, se potencian mis habilidades desde lo empíricamente genuino a lo
senilmente perspicaz, automáticamente; es la locura de mi alegría.
Se llena mi vida de colores al imaginar tus ojos diciendo que me necesitas, al visualizar 
tus piernas corriendo a mi encuentro, al contemplar en lo oníricamente cierto tu 
hermosa risa creando mi completa felicidad y, por lo tal, tus brazos extendiendo la pasión 
de la verdad tangible en la razón de mis razones y en el éxtasis de mi forma 
de sentirte: tierna, dócil, sincera y afable.
Me haces fuerte desde ya. Me iluminas con la luz que vienes a hacernos disfrutar. Me conmueves, 
me deslizo y se embellecen mis emociones con el tenue y potente latir de tu corazón.
Es la espera más dulce que me ha tocado vivir y que, sin dudas, genera en mí un 'sinfín' de 
sonrisas imprecisas e inocentes, locas y tranquilas, capaces de amarte en medio de 
la intrigante desesperación de querer tenerte en mis brazos para acariciarte y besar 
tu piel pura, simple, frágil; reflejarte todo lo que hay en mi interior 
y aprender contigo a caminar por un nuevo sendero que Dios ha
preparado para todos nosotros.
Nadie podrá   apagar con sus juicios y caprichos mi fuego de amor que se 
prepara y completa para regalarte sólo a ti. Nadie entenderá jamás
mi sentir. Eres mi regalo sin condiciones y sin importar las delicadezas y delirios de
este mundo, eres tú lo que Dios me preparó. P  or eso, ven. Te espero, justo aquí;
súbitamente, te anhelo. Ven, para enseñarte todo lo que humildemente tengo, todo
lo que con P  apá   y de la música he aprendido.
Sé que tu corazón ya sabe cuá  nto te amo y conoces la voz de nuestro amor 
hacia a ti. Sabes que vienes a cumplir el propósito del Creador para nuestro tiempo contigo.
Eres mi más grande sueño, concretado en verdad; hecho, al fin, realidad.
Un milagro de vida, Amanda, amándote estoy, sin medida.

28.12.11

Si no tuviera a Dios

Si no tuviera a Dios, las cosas serían más fáciles. Lo he pensado, sí, hasta  he llegado a creerlo.
No sabría qué es el pecado, no le fallaría tanto a quien amo con todas mis fuerzas y no perecería ante la nostalgia de la intriga en la esgrima de mis sentidos. Es más, Jesús mismo lo dijo : " Si yo no hubiera venido y no les hubiera hablado, no conocerían el pecado, mas, ahora no tienen excusa". Ese es el punto, no hay excusa, sabemos lo que está mal y, no obstante, lo hacemos. Jesús nos enseñó y lo sigue haciendo el Espíritu Santo; permanecemos en nuestra decadencia, en nuestra terquedad y falaces pensamientos.
Entendemos la verdad y seguimos mintiendo.
Hemos aprendido a perdonar y subsisten los rencores.
Tenemos al Dios (único y sabio) que todo lo puede y continuamos temiendo.
¿Acaso Jesús vino para darnos aflicción? Si todos sabemos que el "vino" más dulce, tierno y sincero es el "vino Jesús".


Ahora bien, no es que sin Dios las cosas serían más fáciles, es sólo que el mundo cree vivir tranquilo sin él y cuando se encuentra con Dios, cree que se le restringe mucho. En realidad, conocemos el verdadero camino y nos esmeramos en soslayarlo.
Dios sólo quiere simplificar nuesta vida y ayudarnos a su medida, a lo que nosotros respondemos aceleradamente, exigiéndole que nos ayude cuando más necesitamos de alguien, lo que no es poco prudente, pero si muy atrevido. Dejar nuestra carga en sus manos no es despreocuparnos deliberadamente; el llamado es a disfrutar de cuán ligera es nuestra mochila a su lado.


La vida, este regalo, esta obra que avanza cuadro a cuadro, escena tras escena, acto tras acto, es simple, mas, nuestra facilidad con lo vano y lo trivialmente perecedero, nos alejan de la facilidad con lo imposible de Dios; de la alegría que brota de los labios, brazos y el corazón de Papá. Ahí es fácil, cuando sólo procuramos buscar su reino y amarlo por sobre todo.


Es sabido: un gran poder conlleva una gran resposabilidad. Sabio.

9.11.11

Una vida!

Una vez más, una nueva oportunidad. Me has vuelto a regalar los boletos hacia nuestra initimidad y aquí me tienes nuevamente, en el punto de partida y llegada habitual, aquel que comienza con anhelos y termina con pasión, dando locas vueltas, cautivado ante la majestad de tu ternura y la eternidad de tu hermosura.

Eres completamente tú. Nadie logra inclinar su oído tal cual lo haces. Sólo tú puedes mirar mi interior con tanta prudencia, sabiduría, paciencia e intensidad.
Me llevas y me traes sin importar los secretos que revolotean a nuestro deredor, despreocupándome de todo lo que está cerca y garantizándome sorpesas irreproducibles, sorpresas refrescantemente ciertas.

Sé que es el tiempo, me lo refriegas en el rostro, me lo repites cada vez que puedes y se lo dices a cuanto corazón está dispuesto a  ir.
No me haré el sordo ni escaparé tal cual Jonás, sólo esperaré en ti, en las necesidades de tu reino y en los propósitos de tu interior.

Me siento desesperadamente cerca tuyo y lo más placentero es que no es suficiente: Espíritu Santo, quiero ser tu amigo, conocerte, amarte y hacerte sonreir. Tu sola presencia perfecciona mi levantar y mi andar. Junto a ti puedo vivir libre y confiado.

Eres el aire, la naturaleza;
eres la vida en toda su belleza.
Tienes mi corazón y
te adoraré con mi clamor,
apasionados tú y yo,
como un sólo esplendor.
Veré tu luz y tú serás mi sol
Corresponderé tus caminos
y seré tu hijo, tu amigo.
Me llevarás al cielo en la búsqueda
de melodias celestiales
y acá, en la Tierra, danzarás
junto a todo el que te alabe.

Tu reino está aquí y ahora
tal como con David,
en el alba y en la aurora.
Mis sueños y mi tiempo
son parte de tu ser
en la tarde, en el día,
cuando amanece y
al anochecer.

17.10.11

Versiones!

Las mismas migrañas que no te dejan quieto en la oscuridad de tu mente.
Los mismos recuerdos que te ciegan, te hieren y te usan torpemente.
Las mismas respuestas que no responden.
Los mismos solfeos que no se entienden.
El mismo sonido del silencio que me provoca.
El mismo caminar, desinhibido y perspicaz.
La misma muralla que te incomoda como siempre.
Las mismas barreras de un ayer aún presente.
Un mismo camino y una misma distancia.
La única vida y el único clima.

Sigo caminando como un loco atolondrado
entre el pasto mojado; entre los ojos desorientados.

No me detengo, sigo luchando.
me estoy acercando; me pierdo en el fango.
Y el fango me encuentra, me habla de las huellas;
huellas pasadas y lejos de las estrellas.

No pienso, no debo, no tengo, no quiero.
Soy senil, demente, ausente y presente.
No hay pretensiones ante mi palpitar.
No hay corazones, sólo una fiesta en el mar.

Sigo encontrando sin ir a buscar.
El mismo camino, el mismo llegar.
La misma luz que atenta
contra el letargo de sólo estar.
Estar sosegado sin entregar,
viendo y sintiendo como se puede acabar.
El simple tambor
de un niño en su historia
se queda, se inmola con migas de pan.
Hay una canción, versiones de amor,
la dulce atención, un mismo calor.

Me quedo estrechando colillas de paz
y en la soledad te vuelvo a escuchar.
en abundante calma
en exorbitante amar,
el sol me seduce
y caigo en intimidad.

26.9.11

Háblame!

Háblame de este amor que crece y crece; que se hace más fuerte cada vez que amanece.
Háblame de cada noche que piensas en mí, tal cual, mi mente se enreda en ti.
Háblame de las canciones que abundan en nuestros corazones.
Háblame de los colores que se forman en nuestros besos.
Háblame de la razón del corazón para volverse sensación, emoción y discordante pasión.
Háblame de una flor que se abre con cada rayo de sol, como se abre este amor con cada palabra de amor.
Háblame de la vida, esa que nos regalamos mutuamente y que no se hiere ni se derriba.
Háblame de las melodías que nacen en tu delicadeza y de las armonías que provocan en mi sinfonía
Háblame del día y del sol en su esplendor, ese que no espera y aparece cuando más lo necesitamos.
Háblame de las pasiones esas que desbordan cada minuto; minutos, háblame de ellos
porque podemos tenerlos, podemos vivirlos y disfrutarlos.
Mas, ¿Por qué sólo minutos?
Háblame de las horas, las horas de cantar, de reír, de volar, soñar,
empezar, detener, retener, resaltar y formar.
Háblame de las historias que escriben los lápices de dos corazones que buscan más papel
para detonar con VIDA cada día la locura de una nueva canción;
de un nuevo estruendo de libertad; un estruendo de cifrar y descifrar.
Háblame, pues el hablar implica escuchar; porque escuchar significa pensar; el pensar es soñar, el soñar, disfrutar y el disfrutar es saltar.
Saltar es ir a volar, volar es avanzar, avanzar es crecer, crecer es tener, tener es aprender, aprender implica revelar, para revelar hay que creer;
creer es perseverar, perseverar es concretar, concretar es llegar; llegar es estar.
Estar es vivir. Vivir es cantar; cantar es amar, amar es escribir lo que podemos sentir.
Sentir es lo que queremos decir, decir es lograr hablar, hablar, hablar...
Háblame, sí, háblame porque ahí comienzo a ser quien quiero ser.
Ahí termino de conocer lo que es hablar.

3.9.11

Viaje!

¿En serio?
¿Así, tal cuál?
¿Con maletas y asientos reclinables?
¿Lindos paisajes?, ¿Un mundo nuevo?, ¿Travesías inagotables en un solo despegue?
Sí. Quiero. Quiero estar a tu lado. Quiero dejarme abrazar por tu amor. Aquí estoy.
Con amor y dedicación en mis maletas. Disfrutando cómodamente de la vista. Conociendo cada día
un poco más de ti. Enfrentando el vértigo de tu voz haciéndome volar y reír.

No te detengas. Acompáñame a acompañarte. Continuemos. Avancemos. Cerremos y volvamos a abrir nuestros ojos encontrándonos con ellos, retina a retina, dispuestos a caer en amor. Entrelazando los dedos y contemplando lo que Dios, en su sabiduría y perfección, moldea, acorde a sus propósitos en nuestras vidas, en nuestros corazones, esos corazones dispuestos a viajar, esos corazones que ya están viajando, al menos desde esos 5 segundos que cambiaron el rumbo de tal área de mi vida. Esos segundos que inmortalizaron la imagen del verde, rojo y azul de la inolvidable noche en tal banca.

Hoy, ya creo, siento, quiero y puedo decir que Te Amo. Que me haces senilmente feliz. 
Que tus brazos sean los que hagan la curva perfecta alrededor de mi cuello y cintura. Que tus manos sean las únicas que acaricien mi pelo con tal ternura y suavidad. Que tu mirada sea la que entorpezca mi hablar y que tus labios - dulces y frenéticos - permanezcan siempre complementando los míos.

El avión ya partió - y tiene que ser avión, pues, es más rápido que cualquier otro medio para viajar, tal cual ésto -. Las maletas cada vez más hinchadas de amor están. El día está claro y completamente apto para tus (nuestras) locuras. Es el tiempo. Sigamos construyendo estos bellos recuerdos. Sigamos. Sí, no pares. No pararé. No me detendré. Seguiré. Seguiremos recorriendo el mundo que paulatinamente Papá crea  para ti y para mí. Mejor aún, para nosotros. 






8.8.11

Saldrá el Sol

Es triste verte caminar de espaldas a mis ojos.
Es triste sentir lejos tu olor, tu color y tu calor.
Es triste seguir el camino sin tu mano entrelazada a mis dedos.
Es triste mirar por la ventana sin que estés revolviendo mi pelo.
Es triste tener en mis oídos el último susurro de tu boca diciendo te quiero y limitar mi grito amoroso al silencio.
Es triste recorrer kilómetros sin tu risa deshaciendo mi apagada e irritante mirada.
Es triste completar el viaje sólo junto a mi música necesitando tu abrazo.
Es triste llegar a casa con el sentimiento de que pudo ser, por lo menos, un minuto más.
Es triste caer en la paz de mi habitación sin la abundante energía que desbordas y tienes para entregar.
Es triste no tenerte en este momento. Aquí. Ahora junto a mí, diciendo te quiero, sintiendo como late mi corazón cuando estás más cerca. Besándome.
Mas, toda esta tristeza, todas aquellas emociones y sensaciones se hacen nada ante la felicidad del porvenir.
Ante la alegría que provoca el saber que saldrá el sol y veré tus dulces ojos, tu desinhibido caminar y podré sentir el calor de tus brazos nuevamente.


Un te extraño  sólo es placentero cuando sé que mañana empieza otra vez y en mi sinfonía progresas y te mueves con libertad; disfrutando de nuestra mutua, agradable y sin medida compañía.